Gitanos 2

«Éste es el taller de cocina», me dice Antonio al entrar en un aula bien equipada para este fin en el Instituto Guadalmedina de Málaga.  Antonio, que lleva cuatro años en este centro con una mayoría de alumnado gitano, cuenta que a los niños les gusta mucho cocinar y después comer lo que han elaborado. En un recorrido por el centro se ven aulas sin apenas niños. En una de ellas, sólo uno, rumano. El absentismo y el abandono escolar son dos grandes problemas que afectan a este colectivo que sufre bastante rechazo por parte del resto de la sociedad.  Sólo el 80 por ciento de los gitanos que comienzan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) la termina. «En primero de ESO hay sesenta, el segundo 40, en tercero 20…», apunta Antonio, que cree que el instituto no  ofrece «nada que pueda interesar a los gitanos» y hace hincapié en la importancia de un buen equipo de profesores que conozca las necesidades y características de este colectivo.

-«¿Das lengua y literatura?»

-«Yo doy ánimos», responde Antonio, que recalca la importancia de entablar una relación de afecto con los gitanos para que se sientan respetados y te respeten. «Hay que abrirse a ellos. Después, llegarán los contenidos a enseñar».

En el Instituto Guadalmedina el trato con los alumnos es casi personalizado. La profesora de biología Isabel Passas, encargada del departamento de Convivencia, lleva más de diez años en el centro y dice que son muchas las barreras que tienen que vencer tanto los profesores como los niños . «El gitano que quiere venir al colegio se pone su propio despertador en el móvil, se levanta, va a comprar el pan para su desayuno, desayuna y viene al centro. Es raro ver a madres acompañando a niños. Casi siempre son vecinos u otros familiares».

En este Instituto la mayoría de las niñas abandonan los estudios antes de los 13 años porque son «pedidas» en matrimonio según las leyes gitanas y se quedan embarazadas. Otros dejan de ir para acompañar a sus padres en la venta ambulante en los mercadillos u en otras actividades.  http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102058

 

 

 

2 thoughts on “Gitanos

  1. Reply Manuel Dic 18,2012 9:51 am

    En los tebeos de los años 60 había una sección que se titulaba DIÁLOGO DE BESUGOS.

    ―¿Das lengua y literatura?
    ―Doy ánimo y ánimo.
    ―¿Es que hay alguna diferencia entre un ánimo y otro?
    ―Quizá la misma que entre lengua y literatura.
    ―No entiendo.
    ―Yo tampoco mucho… ¿Que un ánimo es anónimo y el otro ánimo no es anónimo?
    ―Sigo sin entender.
    ―Yo tampoco.

    En fin, pasemos al Rodríguez Marín. El gran tocho del siglo XIX con miles de cantares españoles más o menos gitanos muchos de ellos:

    «En el portal de Belén
    Gitanillos han entrado
    Y al Niño recién nacido
    Los pañales le han quitado».

    «¡Pícaros gitanos,
    Caras de carnero,
    Que al Niño de Dios
    Lo han dejado en cueros!».

    Pues sí, la mula y el buey estaban allí :

    «La Virgen iba a Belén,
    Le dio el parto en el camino,
    Y entre la mula y el buey
    Nació el Cordero divino».

    «En un portalito oscuro
    Llenito de telarañas,
    Entre la mula y el buey,
    Nació el Redentor de almas».

    Otros cantares, gitanos o no gitanos:

    «La Bírgen está labando
    Debajo de una jiguera;
    Los pajaritos cantaban
    Ar son de la labandera».

    «―Toma, San José, este niño,
    Voy a encender la candela.―
    Y San José respondió:
    ―Quien lo parió que lo tenga».

    El siguiente, para Ana la Cocinera:

    «La Virgen hizo unas gachas
    De pepitas de pimiento
    Y San José le decía:
    ―¡Bendito tu entendimiento!».

    ¡Gachas de pepitas de pimiento! Parece una de tus recetas imaginarias.

    Por último, un romancillo que don Francisco Rodríguez Marín anota haberle oído en Osuna (Sevilla) a una mujer de 70 años… allá por el XIX:

    «La Bírgen huía a Egito
    Y de Egito iba a Belén,
    Y en medio der caminito
    Pidió er Niño de beber.
    ―No pidas agua, mi vida;
    No pidas agua, mi bien:
    Que las aguas bienen turbias
    Y no se pueden beber―.
    Más arriba o más abajo
    Hay un güerto naranjé. (?)
    ―Entre usted, señora, y coja
    Lo que fuere menester.―
    Ha cogido dos naranjas;
    Una le dio a San José
    Y la otra se la dio al Niño
    Para quitarle la sé».

    A ver si las aguas acaban bajando menos turbias entre mucho güerto naranjé.

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