Las siete y veinticinco del 10 de febrero. Ya es de noche y son decenas de personas las que se concentran en la Plaza de la Constitución de Málaga, en su gran mayoría mujeres, jóvenes y menos jóvenes, pero también algún hombre y alguna niña.
Se unen en la llamada Marea Violeta para clamar contra los recortes que ha anunciando el Gobierno en políticas de igualdad. Recorren la plaza alzando una larga tela violeta que mueven para simular las olas de una marea.
Corean lemas como “Ni un paso atrás en políticas de igualdad” y “Sin mujeres no hay democracia” al ritmo de los tambores.
Es una de las más de cuarenta protestas que tuvieron lugar en plazas de ciudades españolas convocadas por este movimiento nacido en Málaga. Marea Violeta está integrada por una serie de asociaciones de mujeres y colectivos y ha logrado en poco tiempo muchas adhesiones de entidades y organizaciones de todo el país.
La Marea Violeta cree un retroceso la contrarreforma de la ley del aborto propuesta por el Gobierno: “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, gritaban en Málaga, mientras que en otras ciudades portaban carteles con el lema “De vientres libres saldrán hombres libres”.
Este movimiento se une a otros como la marea blanca, de los profesionales sanitarios, la verde, de los profesores y la amarilla, de los bibliotecarios, que hacen que las aguas estén bien revueltas para el nuevo Ejecutivo en medio de una crisis económica que he dejado más de cinco millones de parados. Aquí dejo un enlace a mi última nota http://bit.ly/yByJTq