Policías niegan abusos sexuales a internas en Centro de Internamiento de Extranjeros

Juicio a cinco policías por supuestos abusos en el CIE de Málaga

Siete años después. Con once de las diecinueve mujeres extranjeras, testigos protegidos, aún por localizar.

Este miércoles 30 de octubre declararon en la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga dos de los cinco policías nacionales acusados de organizar fiestas y cometer abusos sexuales con mujeres internas a la espera de deportación en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Málaga (CIE) durante sus turnos de noche de junio y julio de 2006.

Aún faltan por localizar once de las diecinueve testigos protegidos que dieron su testimonio de los hechos, pero el juicio se ha iniciado y abarcará varias sesiones mientras se sigue tratando de encontrar a esas mujeres inmigrantes indocumentadas, que fueron en su mayoría deportadas en contra de la opinión de organismos como Amnistía Internacional y organizaciones no gubernamentales.

Dos de los cinco policías, que se negaron a contestar las preguntas de la acusación particular,  denunciaron la masificación en las instalaciones y las pésimas condiciones del CIE, que se clausuró por ruina en 2012.

¿No hubiera sido más justo frenar las expulsiones de las testigos protegidas y celebrar la vista entonces con su presencia en lugar de seis años más tarde, con la policía de Extranjería y la Interpol tratándo de localizarlas ahora sin garantía de éxito?

En todo caso, resarcir de todo aquello a esas mujeres, en el caso de que se demuestre el abuso de poder de estos agentes, es difícil, comenta la presidenta de Andalucía Acoge, Silvia Koniecky.

El abogado de varias de las víctimas consideraba en su intervención en esta primera sesión del juicio que “todas tienen que declarar. No se puede aislar a las unas de las otras porque se trata de cuestionar el comportamiento de unos funcionarios de policía”.

“Eso es mentira. No es cierto”, declaró este miércoles el policía Cristóbal García Sierra al ser interpelado por el Ministerio Fiscal sobre las fiestas que supuestamente se organizaban en el CIE, ubicado en un antiguo cuartel militar en el barrio de Capuchinos.

La Fiscalía considera que los acusados hicieron valer su autoridad para conseguir sus propósitos y pide para los agentes penas que suman 27 años de prisión.

Las limpiadoras encontraron preservativos, restos de comida y bebidas alcohólicas en el módulo de las mujeres. Las cámaras de seguridad recogieron imágenes de los policías sacándolas de las celdas y entregándoles móviles, y hay dos noches en las que sospechosamente se interrumpe la grabación.

“Nunca he visto nada allí. Me enteré de todo esto el día que vinieron a detenernos. Nosotros éramos más que policías, asistentes sociales”, afirmó Sierra, quien negó que hubiera “contactos íntimos” con las mujeres recluidas y reconoció que su destino en el CIE y el de muchos de sus compañeros de entonces fue un “castigo” porque nadie quería estar allí.

El abogado de la acusación popular, José Luis Rodríguez Candela, experto en inmigración, criticó  en su intervención cómo primó en su momento la Ley de Extranjería y las expulsiones de las mujeres frente a su consideración como víctimas de delito.

García Sierra negó que se les proporcionase comida, bebida o regalos a las internas para lograr favores sexuales, “ya que está prohibido por el reglamento”, denunció amenazas y provocaciones por parte de internas y explicó la presencia de preservativos “porque se les regalaban para que se los llevasen a su país”.

José Luis Hidalgo, apodado Willy,  también rechazó que existieran fiestas o abusos en el centro y argumentó que había “millones y millones” de preservativo, incluso caducados con los que “las internas hacían globos”.

“Yo he ido allí a trabajar y no a hacer fiestas”, afirmó Hidalgo, que aparece una foto que sirve de prueba descamisado, “porque hacía mucho calor y yo siempre llevaba la camisa abierta”.

En la época que ocurrieron los hechos no había personal femenino en el CIE que custodiase a las mujeres, a pesar de que, según los acusados había sido reclamado en varias ocasiones.“Se bajó un pequeño top, enseño el pecho, se me ofreció y me dijo fóllame. Yo le respondí  márchate de aquí y un compañero se la llevó”, afirmó Hidalgo sobre una de las mujeres testigo protegido y agregó que él fue al CIE «a trabajar y no a hacer fiestas».

Los policías afirmaron que en el verano de 2006 el CIE estaba en obras, había falta de espacio y por ello coincidían en ocasiones en las cenas en la denominada sala de tránsito, que usaban para comer, con las internas.

“Esa señorita me pidió tres euros recién llegada al CIE y yo le di para un paquete de tabaco. La atendí muy bien”, afirmó Cristóbal García sobre la denominada TP8, testigo protegido 8, una mujer venezolana, según él, “muy problemática”.

El próximo lunes 4 de noviembre continuarán prestando declaración los tres policías que no lo hicieron este miércoles, entre ellos el jefe de seguridad del CIE malagueño.

http://www.ipsnoticias.net/2013/10/un-dia-alli-son-como-100-anos/

CIE de Málaga

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