Salvados por la danza

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Bailan descalzos entre rosales una danza africana. Ataviados con una ropa de vivos colores cosida por ellos mismos. Son seis jóvenes brasileños de entre 13 y 21 años de la ONG Asociación de Solidaridad de los Niños y Niñas de la Calle de Fortaleza, la quinta capital de mayor violencia del país latinoamericano. Algunos de ellos fueron recogidos de las calles para alejarlos de la prostitución y las drogas. Durante viente días recorrerán Málaga actuando en colegios e institutos para dejar testimonio de cómo el baile les ha ayudado a cambiar su vida y para sensibilizar a los malagueños, según cuenta Mario Almeida, vocal de la asociación y educador.

La ONG, que lleva casi veinte años ayudando a los niños y niñas de la calle, cuenta desde hace quince con un centro de día  en Fortaleza que se llama Casa de Andaluzia, creada con la ayuda del Ayuntamiento de Málaga, en la que se realiza un taller de ropas artesanales.

«Si no me hubieran ayudado, habría caído en la marginalidad y al prostitución», cuenta Jonatan, de 15 años, que lleva 4 en la asociación. Hizo el curso de costura y ahora estudia Educación Física en al Facultad gracias a un apadrinaje español. También la asociación le abrió las puertas a su primer trabajo y es profesor de baile en otra ONG.

«La danza es para mí como una salvación. Si no, estaría perdido en la calle», dice David,d e 19 años, que lleva uno en la ONG y baila desde los 9.

La coordinadora del proyecto, la educadora brasileña Regina Mezquita cuenta que en Fortaleza, una ciudad de cinco millones de habitantes con una gigantestaca brecha social y violencia estructural,  hay niños y  niñas que se prostituyen desde los 9 años para conseguir dineron para sus familias. Y es a través de la prostitución o para soportarla que entran en el mundo de las drogas.

Mezquita explica que se valen de actuaciones de baile para establecer el primer contacto con los niños y niñas, que empiezan a acudir a las clases de danza y después enganchan con los talleres de costura. Los propósitos de la ONG son favorecer la permanencia o la vuelta a la escuela de los niños, promover su autoestima, capacitar y ofrecer oportunidades para que se incorporen al mercado de trabajo.

«El proceso es lento. Es un paso a paso», dice Mezquita.

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