Héroes invisibles

 

Escultura de barco haitiano

«En cualquier lugar hubieran sido recibidos como héroes», cuenta Helena Maleno,  investigadora española experta en  migraciones y trata de seres humanos. Lleva once años en Tánger y conoce bien el sufrimiento de los subsaharianos que se juegan la vida en las aguas del Estrecho en busca de una vida mejor. Con los ojos aguados desgranó la historia de unos hombres que permanecieron hasta siete días en el agua tras volcar la patera en la que querían llegar a España y ser localizados por las autoridades marroquíes.

Helena fue a verlos al hospital donde llegaron exhaustos y con la piel carcomida por la sal. «Uno de ellos se levantó la camiseta y me enseñó, tatuada en su costado la marca del flotador neumático que le mantuvo en la superficie«. Estuvieron veinte días en el centro médico y después fueron abandonados a su suerte.

La autora del blog Pandora Invisibles   forma parte del colectivo Caminando fronteras y denuncia el maltrato y abandono que las autoridades de Rabat dispensan a los inmigrantes subsaharianos que tratan de alcanzar los enclaves españoles en Marruecos de Ceuta y Melilla saltando las vallas fronterizas.

Pude hablar con Helena poco antes la reciente presentación en Málaga del libro Cautivas,  una novela negra  que aborda el tema de la explotación sexual, del experto en migración y antropólogo social, Miguel Pajares.

Sobre la trata de seres humanos, la también periodista quiere dejar claro que «trata no es prostitución ni inmigración irregular», sino que «hay inmigrantes irregulares que son víctimas de trata y personas que están en explotación sexual o prostitución que son víctimas de trata». En el caso de la identificación de las víctimas de trata es partidaria de que no sólo pueda ser llevaba a cabo por la policía, como ocurre está establecido en el plan de España contra la trata, sino que también puedan participar los organizaciones no gubernamentales u otro tipo de entidades como se da en países como Italia o Noruega. También consideró que el periodo de restablecimiento y reflexión de 30 días que se prevé en España para las víctimas previo a la posible denuncia, es corto para el periplo de sufrimiento de estas personas y reclama que se alargue a seis meses como mínimo.

Helena destacó la alta tasa de movilidad de las víctimas de trata dentro de España y de la Unión Europea.  Aludió  al gran problema que existe con las víctimas de trata de Rumanía, que no son inmigrantes irregulares y por ello muchas veces no entran en el circuito de protección establecido. Habló de casos de menores que son detectadas ejerciendo la prostitución, no son bien identificadas, ingresan en un centro de menores de la Junta de Andalucía y ésta contacta a la familia en su país de origen para devolverla a Rumanía desde donde la propia familia que había participado en la captación y explotación de la niña la manda a otro país de la Unión Europea para que siga siendo explotada sexualmente.

Helena habla desde el sentimiento. Personas con las que un día comparte un café y una charla en Tánger se embarcan al día siguiente en lanchas de juguete o pateras rumbo a España y son a veces tragados por el mar u otras encerrados en Centros de Internamiento de Extranjeros en España y devueltos a Marruecos. Son como héroes invisibles, a  los que nadie reconoce. Poco se sabe en España de sus desventuras hasta llegar a la patera o al pie de la valla de Melilla, ahora reforzadas con concertinas.

En todo del mundo, el pobre huye tratando de alcanzar un sueño: Por lo que he conocido de cerca en mi vida en América Latina, en la República Dominicana se embarcan en «yolas», muchos sin saber nadar, atravesando las aguas, habitadas por tiburones, y que separan la isla La Española de Puerto Rico. En el vecino Haití, hombres y mujeres huyen en barcas desde el norte del país hacia las costas de Estados Unidos.

 

 

 

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