Mujer saharaui clama por recuperar el cadáver de su hijo

Mujer saharaui en huelga de hambre en Las Palmas

«No respetaron a mi hijo. Los marroquíes le mataron. Le tiraron piedras y le clavaron unas tijeras», cuenta por teléfono Tabkar Haddy, una mujer saharaui de 42 años que inició el viernes 15 de mayo una huelga de hambre indefinida frente al consulado marroquí en Las Palmas de Gran Canaria.

Haddy, que vive en Tenerife desde hace una década, no ha podido recuperar el cadáver de su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, que el pasado 31 de enero fue atacado con piedras por unos vecinos marroquíes que regentan una tapicería próxima a la casa que compartía con sus abuelos maternos en el Aaiún.

«La policía marroquí jugó con él. Los médicos marroquíes jugaron con él. Le cosieron la herida en el hospital sin anestesia y sin desinfectarle.», relata Haddy quien denunció que después fue trasladado al calabozo donde permaneció dos días.

Mohamed fue trasladado entonces al hospital el 2 de febrero y murió a 100 kilómetros del Aaiún, en el hospital de Agadir, el 8 de mayo.

Según dijeron portavoces de la plataforma de apoyo al pueblo saharaui, el médico del hospital se negó a darle un certificado médico a los familiares, que se enteraron de que había fallecido en Agadir, a 100 kilómetros del Aaiún el 8 de mayo.

Haddy se trasladó al Aaiún cuando se enteró del fallecimiento de su hijo y allí las autoridades le pidieron firmar un parte de defunción que ella rechazó rubricar hasta no ver el cadáver. Afirma que le ofrecieron a cambio 90.000 euros y la posibilidad de trabajo para ella, sus hijos y hermanos.

A su vuelta a Tenerife, donde tiene otros dos hijos, decidió comenzar una huelga de hambre para pedir que le devuelvan el cuerpo de su hijo para poder despedirse y clamando porque se haga justicia.

Dos de los cinco ciudadanos marroquíes que atacaron a Mohamed han sido detenidos y están en prisión preventiva, «pero no el que le mató, el que le clavó las tijeras», lamentó Haddy que no piensa moverse hasta que vea el cuerpo de su hijo y paguen los que causaron la muerte.

El cónsul de Marruecos en Las Palmas se ofreció el viernes 15 de mayo a reunirse con Haddy en la sede diplomática, pero ella le pidió que el encuentro tuviese lugar fuera, a lo que aún no ha habido respuesta.

Haddy cuenta que la vivienda de sus padres en el Aaiún está vigilada por la policía marroquí que ha irrumpido en ella en varias ocasiones, «destrozando los muebles».

Sara Mesa, de Saharacciones, denuncia que los marroquíes que los atacantes son defendidos por la Policía y que esto se permite porque las víctimas son saharauis. «Se trata de un entramado del aparato del Estado», recalcó y aludió al cúmulo de negligencias médicas que condujeron a la muerte del joven.

A Mohamed, que no quería dejar su tierra, le venían amenazando desde hace dos años por reivindicar un Sáhara Libre. Sin haber podido ver su cuerpo, Haddy volvió a España donde tiene sus otros dos hijos y en Las Palmas clama porque se haga justicia.

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