Las fronteras matan

Concentración por las muertes de inmigrantes en Ceuta

 

Decenas de personas se manifestaron  durante hora y media en la tarde del 12 de febrero en la Plaza de Constitución de Málaga, al igual que en catorce provincias españolas, para exigir al Gobierno una investigación independiente después de que el pasado 6 de febrero al menos once inmigrantes perdieran la vida cuando se lanzaron al mar tratando de alcanzar a nado las costas de Ceuta.

Al grito de «Ninguna persona es ilegal» y  tras un cartel con el lema «Ciudades sin fronteras», los congregados pidieron explicaciones y responsabilidades al Ministro del Interior,  Jorge Fernández Díaz, después de que algunos inmigrantes sobrevivientes denunciasen que la Guardia Civil española disparó balas de goma y gases lacrimógenos a las personas que nadaban, punto que las autoridades negaron en primeras versiones oficiales, pero que este viernes ha sido admitido por el responsable de la cartera en una comparecencia en el Parlamento.

«Eran personas inocentes que sólo tenían un flotador y un montón de sueños por cumplir», dijo uno de los manifestantes en la concentración, convocada a través de las redes sociales, y en la que los participantes portaban carteles en blanco y negro con imágenes de los fallecidos y el mensaje #lasFronterasMatan.

«Las personas que murieron tenían nombres y apellidos, historias de vida que nos hablan de deseos de libertad.  Su muerte se suma a las de miles de personas en las fronteras fruto de las políticas migratorias europeas que criminalizan a los inmigrantes», proclamó Luis Pernía, presidente de la Asociación Andaluza  por la Solidaridad y la Paz (ASPA).

Fernández Díaz compareció este viernes en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre este suceso mientras continúa la búsqueda de más cadáveres en mar. Los manifestantes, que encendieron velas y guardaron tres minutos de silencio por los inmigrantes fallecidos, pidieron la dimisión del ministro y que se depuren responsabilidades ante lo que consideran asesinatos por la omisión de socorro a los que trataban de cruzar a nado la frontera de El Tarajal hacia Ceuta.

La frontera de Ceuta es una de las que registra más flujo en todo el mundo con unas 35.000 personas diarias. Miles de subsaharianos esperan en Marruecos una oportunidad para cruzar la valla que separa Ceuta del reino alauí huyendo de la pobreza y los conflictos en sus países de origen.

«No se han ahogado, los han asesinado», coreaban los malagueños, quienes recordaron también el maltrato y abusos que reciben los inmigrantes por parte de la policía marroquí.

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