«¿Cuánto cuesta?», le pregunta un joven a Marian señalando un pan de harina de centeno y espelta. «Dos euros y dos comunes», responde ella apostada tras una mesa en el mercadillo organizado el viernes 5 de abril por la plataforma Málaga Común en el huerto social y comunitario El Caminito.
El común es una de la treintena de monedas sociales que existen en España y que pretenden servir de instrumento hacia un cambio de modelo más solidario y autosuficiente en las comunidades.
Fernando llegó desde Álora, Paqui, de Coín, David, de Totalán, Marian, de Benagalbón: productores que ofrecieron frutas y verduras así como aceites esenciales, dulces y sales de mar a los que se acercaron al huerto en el que trabajaban algunos vecinos del barrio entre plantas de fresas, romero y manzanilla.
Paqui, integrante de Coín en Transición, dijo que la crisis económica en la que España está inmersa lleva cada vez más a replantearse otras formas de organización y de vida que primen la ayuda mutua y la cercanía.
Este dinero alternativo, junto con los bancos de tiempo, más de trescientos ya en España en los que se trabaja en base a horas invertidas, tejen redes y hacen más fuertes a las comunidades.
Las monedas complementarias al euro, como el común, el coín o el lazo, en Málaga, se van creando a raíz de las necesidades de la comunidad y no están basadas en deuda y especulación, según David Chapman, miembro de Málaga Común originario del País de Gales y residente en Totalán.
Escribí sobre este tema en http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=102628